En 1924, el director Paul Whiteman invitó a George Gershwin a componer una pieza sinfónica de jazz por un concierto que daría próximamente con su orquesta.
A Gershwin se le olvidó por completo el encargo, hasta que una mañana, en un diario, vio el anuncio del concierto de Paul Whiteman y su orquesta, destacando el estreno de una nueva composición sinfónica escrita por George Gershwin .
No pudiendo eludir el compromiso, George escribió en tres semanas Rhapsody in Blue, una pieza para piano y orquesta de espíritu alegre y virtuosa, que combina ritmos de carácter popular con elementos propios de la música sinfónica, que marca el nacimiento de la música sinfónica propia de Estados Unidos creada con elementos autóctonos, como el blues, los espirituales negros y el jazz, a los que Gershwin dio entidad sinfónica y universal.