Julio 2023
Repertorio
Intérpretes
Notas al programa
Marina Rossell es una de las voces más importantes y reconocibles de nuestro país. A lo largo de cerca de cinco décadas, Rossell ha adaptado a los poetas catalanes, las canciones tradicionales y los referentes de la canción francesa, consiguiendo proyectarse en todo el mundo.
Por primera vez, Rossell nos presenta un concierto en formato sinfónico, donde repasará sus canciones más queridas y emblemáticas acompañada por Franz Schubert Filharmonia, la orquesta sinfónica con mayor proyección del país.
Un concierto para disfrutar de la poesía y aires mediterráneos de su música con la espectacularidad de una gran orquesta sinfónica.
Biografía Marina Rossell
Marina Rossell comienza a actuar profesionalmente en 1974 teloneando a Lluís Llach, Ovidi Montllor, Maria del Mar Bonet… En 1976 edita su primer disco “Si queríais escuchar”, producido por Llach, en el que recopila canciones populares catalanas actualizadas, canciones que le acompañan en sus primeros conciertos. Pronto, la crítica musical le otorga el nombre de «la voz exquisita».
Ha grabado más de 20 discos, entre ellos: “Penyora” (1979), premio Fotogramas de Plata, trabajo que la hizo muy popular y que incluía el tema La Gavina.
La voz de Marina Rossell, cálida e intensa como pocas, es su impronta más personal e identificable. Más ponderada a medida que pasan los años, adquiere matices, se enriquece y nutre de las vivencias musicales y de nuevos horizontes. En 1974 empezó a cantar, interviniendo en las primeras partes de Lluís Llach y Ovidi Montllor. Marina fue la voz de la transición, la de una generación que Catalunya no dio ninguna otra, o al menos, no de su altura y duración en el tiempo. Desde 1976 hasta ahora, ha registrado veinte trabajos discográficos, algunos de ellos con distribución internacional: EE.UU, Europa: Francia, Alemania, Inglaterra, Portugal, Bélgica, hasta Japón o Sudamérica: Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay …
Por su condición de cantante, ha podido realizar innumerables viajes de carácter solidario: desde Armenia, Bosnia, Colombia, el Sáhara, Palestina, Israel, hasta Ciudad Juárez en México, Cuba, y en Bagdad, unos días antes de estallar la guerra de Irak. Este privilegio le ha servido para afirmarse más, si cabe, en su actitud, siempre comprometida con la paz y al servicio de las libertades civiles, e individuales, lo que también le ha hecho merecedora de premios de gran importancia y contenido, como el Olof Palme de la Paz.
En el Liceu ha cantado piezas intemporales, que configuran los pilares de la Renaixença, el Modernismo y el Noucentisme, hasta nuestros días. Un siglo y medio de nuestra historia, revalorizando nuestro patrimonio cultural. Un patrimonio y una historia que Marina no se cansará de cantar. Al hacerlo, volverá a merendar pan con chocolate, y correrá de la viña en casa, por Gornal, y evocará a su madre… Todo un mundo de cosas y personas queridas que ya no están. Y así la seguiremos, en el vuelo de su voz diáfana.